El asesinato de José Robles fue en su momento una causa célebre, y a él se han referido, a menudo de forma incorrecta, muchos de los principales historiadores de la guerra civil. José Robles y John Dos Passos se conocieron a finales de 1916, y su amistad sólo se interrumpiría con la muerte del primero en 1937. Traductor de Manhattan Transfer al español, Robles era un republicano ferviente que en julio de 1936 no dudó en ponerse al servicio del gobierno legítimo. Tiempo después, fue detenido en Valencia por los servicios secretos soviéticos y desapareció.
John Dos Passos no supo de su asesinato hasta abril de 1937, cuando se encontraba en España colaborando en un documental de propaganda republicana. Empeñado en averiguar la verdad, Dos Passos chocó contra una tupida conspiración de silencio y mentiras, y lo que entonces entrevió acabaría determinando su evolución ideológica y provocando la ruptura de su vieja amistad con Hemingway.
Con agilidad narrativa y rigor documental, Ignacio Martínez de Pisón ilumina un capítulo oscuro de nuestro pasado reciente y compone un fresco de nuestra historia colectiva. Enterrar a los muertos es un libro de apasionante lectura en el que la recreación biográfica convive con el reportaje histórico y la investigación detectivesca.

En "El tiempo de las mujeres" Martínez de Pisón ofrece un correcto relato de aprendizaje, desde la infancia hasta la adolescencia y la primera madurez, de tres chicas (María, Carlota y Paloma) en una ciudad de provincicas (transunto de Zaragoza) a finales de los años setenta y principios del decenio siguiente.
Ignacio Martínez de Pisón nació en Zaragoza en 1960 y reside actualmente en Barcelona. Está considerado como uno de los escritores más relevantes de la narrativa española de su generación.

Corren los últimos años de la década de los setenta, y en una colonia levantada alrededor de una gran fábrica, María, una niña hija de un obrero socialista y de la mujer que limpia los suelos en las casas de los ingenieros, sueña con que pertenece a una familia distinta, más brillante y alegre. Su sueño está a punto de convertirse en realidad cuando aparece la desahogada y alegre tía Amalia... pero María descubirá pronto que todo el mundo tiene algún secreto que ocultar y que las cosas nunca son como pensábamos que eran... Una muy buena historia, llena de detalles, de estafadores irresistibles, de idealistas jubilosos y de perderdores sin remedio, en la que Pisón explora los territorios de la familia y de la infancia.

Una joven que por azar descubre que su novio desea asesinarla. Dos hermanas gemelas que no necesitan hablar para entenderse. Un arruinado vendedor de máquinas de escribir enfrente de cuya tienda acaban de abrir un próspero negocio de informática. Un soldado que desde su garita de centinela asiste todas las noches al inquietante striptease de una mujer. Un hombre que durante las Navidades trabaja haciendo de Rey Mago a la entrada de unos grandes almacenes. Una chica que, sin saberlo, lleva en el bolso la mano cercenada de su madre. Un empleado de una inmobiliaria que entorpece premeditadamente la venta de un piso para poder seguir viendo a su bella propietaria... Éstos son los protagonistas de algunos de los relatos aquí reunidos, en los que el humor y la ternura conviven con el misterio y la emoción. Tras su celebrada novela Carreteras secundarias, Ignacio Martínez de Pisón nos brinda este volumen de cuentos, un género que domina con maestría como demostró en "Alguien te observa en secreto" y "El fin de los buenos tiempos".

"Carreteras secundarias" cuanta la historia de un adolescente y su padre que, en la época final del franquismo, recorren España en un viejo Tiburón Citroen en un viaje a ninguna parte marcado por los trapicheos y el vagabundeaje. El adolescente, Felipe, narra las ariscas relaciones con su padre, un pobre diablo al que un acto de juvenil orgullo arrancó del seno de una buena familia. Pero, casi sin darse cuenta, Felipe ira descubriendo la dignidad escondida de su padre y, progresivamente, irá criando una solidaridad con él, de la que nacera un imprevisto afecto. Entre la crónica picaresca y la novela de carretera, la novela de Martínez-Pisón profundiza en esa relación conjugando humor y patetismo, y buscando el paralelismo con la relación de otros famosos ruteros españoles: Don Quijote y Sancho. "Tambíen nosotros recorríamos España evoca Felipe- también mi padre creía ser lo que no era, también él trataba de impresionar a una mujer". La novela tiene un fino lirismo, una estructura lograda (en secuencias más o menos breves) y un espléndido empuje narrativo.